El respeto,
la ciudadanía, la libertad individual basada en el respeto colectivo, los
valores cívicos y éticos, no solo estéticos.
La
democracia, la igualdad, lo derechos y los deberes.
La empatía,
la asertividad, la conciencia pública y las decisiones privadas.
El derecho a
elegir, a tener opciones.
El derecho a
la competitividad, a la cualificación, a lo social, a lo familiar, a la
maternidad o no.
El deber del
respeto a las reglas del juego. El derecho a reclamar unas reglas justas,
igualitarias, y un juego legal y equitativo.
La libertad
de exigir, de reclamar, de escribir, de hablar, de negociar, de consensuar.
El rechazo a
la autocracia, al adoctrinamiento, a la imposición sea por ley o no.
La denuncia
del libertinaje basado en la coacción, en el
robo, en el hurto y el aniquilamiento de los derechos fundamentales.
Los pilares
progresistas construidos con materiales éticos, sobre la base del derecho y del deber, de
la dignidad, de la ciudadanía. No pueden ser derribados por la estética de unos
pocos.
Mujer se
nace, se hace, se es.
La parte
social y el derecho individual coexisten.
La
democracia es consenso, se basa en la dialéctica, en el respeto, en la
integración de opciones.
El derecho a
pensar es universal y natural.
La libertad
de expresar el pensamiento es la base de la democracia.
El arte de
consensuar la diversidad de pensamientos en el respeto de las diferentes
opciones, ha de ser el referente de la política.
De todo esto
y de muchas otras cuestiones un grupo de mujeres progresistas de Siero hablarán
en su Tertulia, porque nos ampara el derecho de pensar, la libertad de expresar
y el arte de consensuar.
Porque “La
libertad se aprende ejerciéndola”. Clara Campoamor
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